trio-transexual

Montarse un trío con una transexual ¿buena o mala idea?

Siempre he pensado que ponerse tabúes o límites en el sexo es como ir a un hotel con todo pagado y pedir solo agua. La vida está para disfrutarla, y más si tiene que ver con el placer, pero siempre hay personas que, por una u otra razón, no son capaces de dar ese paso al frente y romper con todo lo que les bloquea. Yo me siento orgullosa de haber probado todo lo que deseaba en lo que al placer se refiere. Me queda todavía mucho que probar, por supuesto, pero nunca me he quedado con las ganas si de verdad he querido hacer algo. También es cierto que he tenido la fortuna de encontrar a chicos que estaban en la misma onda, y se atrevían igualmente con todo. Eso me ha permitido experimentar junto a ellos todo tipo de deliciosas fantasías, y unas salen bien, y otras no tanto.

Recuerdo que cuando le pregunté a Javi, mi chico, si alguna vez había fantaseado con montárselo con una chica trans, él me miró bastante extrañado. Se quedó pensando un momento, y me respondió que no. Es un chico muy abierto y totalmente respetuoso, pero aquello no le llamaba demasiado la atención, según me confesó. Había sentido cierta curiosidad cuando conoció a una chica trans, amiga suya, ya que según me dijo era preciosa. Mantenía todavía su pene, pero ya estaba operada en el resto del cuerpo, y era habitual que los chicos, seguramente sin conocer su secreto, se lanzaran a por ella. Lo que para él era una simple curiosidad, para mí se convirtió en un deseo que debíamos realizar. No tarde mucho en convencerlo, porque soy capaz de todo por lograr lo que quiero, y le propuse avisar a esa amiga, por si pudiera estar interesada en hacer algo los tres juntos. Así es como fue mi primer trío con una chica trans.

Nuestra experiencia con una transexual

trio-transexual-2

Judith había nacido en el cuerpo equivocado, pero siempre se había sentido mujer. Cuando tuvo oportunidad, comenzó con su terapia de hormonas, y estaba terminando de prepararse para la operación de cambio de sexo total. Todo aquello nos lo comentó mientras cenábamos tranquilamente en un restaurante bastante pijo del centro de la ciudad. La verdad es que mi chico no mentía. Judith era preciosa, y muy femenina. Cuando llevábamos ya unas cuantas copas de vino le expusimos la verdadera razón de la cita. Ella no se sorprendió demasiado, ya que supongo que imaginaba lo que estaba ocurriendo. Simplemente sonrió de manera pícara y nos preguntó si estábamos seguros. Al decirle que sí, aceptó acompañarnos a tomar la última a casa, sabiendo lo que iba a ocurrir allí…

Al llegar a casa no tardamos en empezar a besarnos y a devorarnos mutuamente. Judith prestaba especial atención a Javi, pero aquello no me molestó demasiado, porque luego tuvimos nuestros momentos juntas. Completamente desnudas, pude comprobar que su rabo, el último vestigio de su masculinidad, era bien grande y grueso. Se me encendieron los ojos al instante, y comencé a devorarlo para darle placer, mientras ella hacía lo mismo con el rabo de mi chico. Después de aquellos todo se volvió más y más excitante, y ya no hubo forma de parar. Nos enredamos los tres en un placer exquisito y diferente a todo lo que había probado hasta ese momento. Judith era una chica, a todos los efectos, sensible e intuitiva, pero también tenía un pene espectacular y desde luego sabía cómo usarlo. Yo me puse las botas con dos rabos enteritos para mí, y mi chico estaba en la gloria con dos preciosas mujeres solo para él. Aunque eso sí, no fue todo perfecto…

Lo que más nos gustó

Estar con una chica trans es una experiencia totalmente distinta, tanto para lo positivo como para lo negativo. Nosotros disfrutamos muchísimo de aquel encuentro, y fue una manera  más de abrir nuestra mente a nuevos horizontes. Judith era una chica que sabía muy bien cómo satisfacernos tanto a mi novio como a mí, y eso es complicado, incluso cuando estamos con chicas o chicos bisexuales. Ella entendía bien nuestros deseos y necesidades, y sobre todo, se dejaba hacer cuando éramos nosotros los que queríamos tomar el control. Pocas veces he disfrutado tanto como viendo a Javi y a Judith, porque era una sensación diferente a cuando lo veo con otra mujer. La excitación y el vicio no tienen nada que ver con un trío “tradicional”, y eso hace que este encuentro sea muy especial.

Lo que no nos gustó tanto

trio-sexual-3

En general, la experiencia fue positiva, pero hubo cosas que no acababan de encajar. Cuando se hace un trío con un chico o una chica, los papales suelen quedar muy claros. Con Judith era diferente, porque a todos los efectos era una mujer, pero tenía un rabo espectacular, y aquello la hacía distinta al resto. Hubo algunos momentos de pequeñas confusiones, sobre todo entre Javi y ella, pero nada del otro mundo. Nos costó entrar en calor y sentirnos realmente a gusto con ella, y se notaba que Judith también estaba nerviosa. Tal vez porque era la primera vez con  una pareja, o porque estaba imaginando que no tendría muchas más ocasiones de follar así antes de cambiar de sexo. El caso es que noté que faltaba cierta conexión entre los tres, y eso, sin llegar a ser definitivo, impidió que la experiencia fuera perfecta.

¿Vale la pena repetir?

Aquí llega la pregunta del millón. Como ya he contado, nosotros disfrutamos muchísimo de toda la experiencia, pero tampoco fue perfecta. Tuvimos suerte de conocer a una chica trans que estaba tan caliente como nosotros, pero no creo que sea lo más habitual. Tal vez por eso todavía no hemos repetido con ninguna chica trans, aunque tampoco lo descartamos. Supongo que tiene que ver con lo que cada uno sienta y desee en cada momento. La experiencia nos sirvió para disfrutar de una forma distinta y eso siempre es positivo, pero hay veces en los que con una sola vez basta, y no porque no te guste, sino porque es la forma de experimentar ese tipo de momentos. Si sientes el deseo de hacer un trío con una chica trans, nuestra recomendación es que te lances a por ello y no lo dudes, porque seguro que serán una experiencia inolvidable.