Masturbación por teléfono, algo que siempre me ha encantado

Siempre he sido una chica atrevida en lo que al placer se refiere. He tenido la suerte de vivir en un hogar en el que el sexo no era visto como algo malo, y eso me ha permitido experimentar mucho a lo largo de mi vida, desde mi juventud, y despegarme de los tabúes que pudieran limitarme. Por ejemplo, el de la masturbación. He conocido a muchos hombres que pensaban que las chicas no nos masturbábamos, y que eso era algo exclusivo de ellos. Sin embargo, yo siempre encuentro un placer muy especial en esa forma de disfrutarme, sobre todo cuando estoy hablando por teléfono con otra persona.

Supongo que es por el morbo de la situación, porque al final es algo bastante normal. Me pone que alguien esté al otro lado, tal vez incluso en otra ciudad, masturbándose conmigo y diciéndome de todo para que yo me ponga caliente perdida. No tiene nada que ver con disfrutar de un buen polvo con un chico que sepa moverse en la cama, pero yo también he conseguido mucha práctica en esto, y ahora soy toda una experta en llegar al orgasmo mientras me toco. El sexo telefónico, que para muchos es algo sin sentido, a mí me encanta, y creo que es una de las mejores experiencias que he probado jamás, sobre todo porque sigo probando cosas nuevas cuando lo hago.

Masturbarme con juguetes eróticos es algo increíble

Hay ocasiones en las que llamo a mi novio y simplemente empezamos a calentarnos con nuestras voces, y yo me toco por todo el cuerpo y llevo mis manos a mi clítoris para encontrar el punto exacto del placer más salvaje. Pero en otras muchas ocasiones, lo que más me gusta es coger alguno de mis juguetitos eróticos, ya que tengo una buena colección en casa, y dejarme llevar con ellos, porque es una sensación increíble. Así puede imaginarme mucho mejor que el chico que está al otro lado me está penetrando de verdad.

Y además, con todo lo que he ido aprendiendo en este tiempo, al final yo sola con mis juguetes soy capaz de darme más placer que muchos hombres que lo han intentado con su propio miembro. Masturbarse también sirve para eso, para conocerse a uno mismo mucho mejor y dejarse llevar, entregándose a un placer onanista que no tiene nada que ver con lo que había probado antes. Conseguir nuevos juguetes, utilizar nuevas y diferentes técnicas, todo eso me permite pasar el mejor rato del mundo a través del sexo más exquisito.

Las frases que me encanta escuchar

Cuando estoy al teléfono con mi chico y quiero que me ponga caliente, le pido que me hable con las palabras más guarras que pueda. Sé que él, al otro lado, también se está masturbando, y eso ya me pone supercachonda, pero quiero ir mucho más allá. Por ejemplo, me encanta que me diga que va a reventarme cuando me vea, o que me la va a meter hasta que se le caiga. Me hace gracia pero también me pone muchísimo, porque sé que es verdad. Igualmente, me encanta que me diga que le pongo cachondo y que la tiene durísima solo con escuchar mis gemidos. Me gusta tener ese poder en los hombres y sé que con él lo tengo asegurado.

Me gusta oír cómo otros se masturban con mi voz

Me pone muchísimo escuchar a los demás y que me digan cosas guarras por teléfono mientras me masturbo, pero también me encanta ser yo las que les ponga calientes perdidos con mi voz. Tengo un tono especial para este tipo de ocasiones, como mucho más sensual, y que se va cambiando mientras yo misma me masturbo. Sé que al otro lado ellos están haciendo lo mismo y eso me pone todavía más caliente, como si no hubiera manera de evitarlo. A veces pienso que necesito muy poco para ponerme cachonda, pero luego veo que los demás también lo hacen con mi voz y la verdad, me siento orgullosa.

Videollamadas calientes, ¡también me encantan!

Escuchar la voz de esa persona al otro lado de la línea es algo muy especial, pero a veces también me gusta verla, y por supuesto, que me vea. Me encanta ponerle cachondo desnudándome poco a poco o enfocando a mi carita viciosa cuando estoy a punto de correrme, porque creo que es algo muy especial, casi como estar ahí con esa otra persona. Lo cierto es que llevo haciendo esto ya un tiempo y creo que no lo voy a dejar, porque cada vez me gusta más y más.

A pesar de lo que muchos podrían pensar, siempre he tenido muy buenas experiencias en lo que a la pasión y al morbo se refiere en este tipo de videollamadas, y aunque a veces la cosa no ha funcionado también, poniendo un poquito de esfuerzo y de énfasis por ambas partes al final todo acaba en una gran fiesta de satisfacción asegurada. Tengo que seguir probando cosas nuevas en esto de las videollamadas, porque es como un mundo aparte en el que la sensualidad se muestra de una forma diferentes y excitante.