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Estigmatofilia ¿soy yo o mucha más gente la tiene?

Hace tan solo unos treinta años, si íbamos por la calle, lo natural era cruzarnos muy de vez en cuando con alguien que llevase tatuajes o algún piercing visible, más allá de los típicos aretes en los lóbulos de la oreja. De hecho, aquellas personas tenían que soportar muchísimas miradas curiosas, porque era algo muy poco común. Hoy en día, lo extraño es que alguien no cuente con algún tatuaje o piercing, aunque sea algo pequeño y oculto. La cultura, la sociedad, ha cambiado tanto que hoy por hoy lo más natural es grabarse algo en la piel para siempre. Desde el nombre de alguna persona querida al escudo de nuestro equipo favorito, pasando por la cara de alguien importante para nosotros o cualquier otro motivo simbólico que nos recuerde a algo que nos gusta mucho, como una saga de cine, por ejemplo.

Yo misma llevo un par de piercings en el ombligo y en la nariz, algo no muy destacable, pero si curioso. También tengo varios tatuajes por todo el cuerpo, aunque no son demasiado grandes. No llego al punto de esas personas que tienen todo un brazo tatuado, o todo el torso, e incluso llegan a tatuarse en la cara… pero me llaman mucho la atención. Tanto que hace tiempo descubrí que me ponían de una manera muy especial esas personas con tantos tatuajes y piercings. Que sentía un deseo ardiente por ellas, mucho mayor que el que podía sentir por cualquier otra persona sin aquellos adornos. Pensé que era algo extraño, porque no me fijaba en el atractivo físico en sí, sino en los tatuajes, en las perforaciones… Entonces empecé a informarme mejor y me di cuenta de que aquello no me pasaba solo a mí, y tenía incluso un nombre: estigmatofilia.

Hablemos de la Estigmatofilia

Técnicamente, la estigmatofilia se considera una parafilia sexual, de aquellas personas que solo se excitan con los cuerpos tatuados o perforados de otras. Según los expertos, una persona que tenga este tipo de fantasías se fija especialmente en esos adornos sobre la piel, incluso cuando son naturales, como cicatrices. Esto es algo que me llama mucho la atención, porque a mí nunca se me había ocurrido pensar que en realidad, este tipo de tatuajes y piercings son, de forma muy básica, cicatrices que nosotros mismos nos infligimos, y que quedarán para siempre en nuestro cuerpo. Sin embargo, en mi experiencia personal puedo asegurar que las cicatrices naturales no me ponen nada, y en cambio los tatuajes sí.

tatuaje

Pensaba que era algo raro, pero me he dado cuenta de que hay mucha gente que pasa por lo mismo que yo. Si lo piensas bien, en realidad, cada vez son más aquellas personas que se tatúan y se ponen piercings, por lo que también es natural que ahora que está más normalizado, el deseo por ese tipo de personas crezca. Y no hace falta que el tatuaje te guste o te parezca bonito. Yo creo que es en realidad la rudeza que da el tenerlo, el ponerte un aro en la nariz o un piercing en cualquier parte del cuerpo. Aunque ya lo haga todo el mundo, no deja de tener ese punto rebelde y macarra que a muchas chicas nos encanta. Tanto que yo misma quise comprobar hasta donde llegaba esa pasión, y cumplí mi fantasías con un chico que era un verdadero muestrario de tatuajes y piercings en sí mismo.

Te cuento cómo cumplí esta fantasía

Él se llamaba Dani, y supongo que apareció justo en el momento adecuado, cuando yo acababa de descubrir que sentía un deseo demasiado intenso por las personas con tatuajes y piercings. Me lo presentó una amiga, que era compañera suya en la universidad. Dani era un chico normal, educado y divertido, aunque un poquito chulo, y eso también era algo que me ponía. Desde el primer momento me quedé embobada con sus tatuajes. Estábamos en un sitio donde hacía calor y él estaba en mangas cortas, mostrando sus brazos totalmente llenos de dibujos. Incluso le llegaban al cuello, que también tenía parcialmente tatuado. Lucía un piering en la nariz, más grande que el mío, y dilataciones en las orejas. Me llevé todo el tiempo cachonda perdida, tratando de acercarme más a él y preguntándole por sus tatuajes. Él me dijo que tenía muchos más, pero no podía enseñármelos allí. Así que nos fuimos a su casa.

Yo sabía perfectamente lo que iba a pasar allí, pero estaba encantada por poder cumplir mi fantasía, y solo quería quitarle toda la ropa para descubrir el resto de tatuajes que adornaban su cuerpo. Así que al llegar allí no perdimos mucho tiempo y nos fuimos directos a su habitación. Él me desnudo y yo le quité toda la ropa, descubriendo que tenía todo el torso lleno de tatuajes, también en la espalda, y justo encima de la polla. La mayor sorpresa fue al descubrirla, puesto que tenía también un piercing en el glande. Era la primera vez que estaba con un tío que tenía algo así, y fue toda una experiencia, tanto chuparla como tenerla dentro. Nos volvimos locos y yo recorría su cuerpo con mi lengua y mis deseos, como alimentándome de aquellos tatuajes. Fue un polvo brutal, y creo que tuvo mucho que ver con lo de mi estigmatofilia.

Creo que es más común de lo que parece

Luego he vuelto a verlo alguna vez más, aunque poco después se fue de la ciudad. No he dejado de buscar a chicos así y después de estar con unos cuantos, creo firmemente que son más intensos en la cama, o también es posible que sea yo la que disfrute más con ellos, de forma inconsciente incluso, por el simple hecho de que tienen esos tatuajes y perforaciones. Lo he hablado con algunas amigas pero no hay muchas que me sigan en esta fantasía. Aunque eso sí, entre los tíos es más habitual que entre las chicas, y sé que a muchos les ponen las mujeres tatuadas y con looks alternativos. De hecho, estoy pensando yo misma cambiar de look para atraerles…

Estigmatofilia

Es una fantasía como cualquier otra y no creo que tenga nada de raro. Es como al que le gustan las chicas con las tetas grandes o con vello público, que también los hay. La estigmatofilia se está imponiendo como una de las parafilias más habituales, ya que somos muchos los que ya hemos optado por grabar nuestro cuerpo con tatuajes o piercings, y la cosa solo va a aumentar con el tiempo, o así lo entiendo yo al menos. No hay más que ver el éxito que tienen páginas como Suicide Girls, con chicas muy tatuadas y con looks muy diferentes, rompiendo con el típico canon clásico de belleza.